Durante la primera mitad del Siglo II d.C., se levantó en Roma uno de los edificios más emblemáticos de la historia de la arquitectura: el Panteón de Agripa. Su característica principal es una cúpula de concreto artesonado que remata en una abertura central perfectamente redonda. Este óculo dio el puntapié a una serie de proyectos posteriores que notaron el valor de las aberturas circulares, las que fueron replicadas como tragaluces vidriados y como elementos de composición en fachadas, evolucionando, por ejemplo, hacia los detallados y coloridos rosetones de las antiguas basílicas góticas. En todas sus configuraciones, el óculo (del latín Oculus, que significa ojo) se presenta con un simbolismo que va más allá de la ventana tradicional: su proyección luminosa marca con gracia el paso del tiempo, convirtiéndose en un hito que permite destacar solemnemente un espacio o elemento arquitectónico.
Con casi 9 metros de diámetro, el espectacular óculo del Panteón está completamente abierto; la lluvia entra al edificio y se desliza hasta alcanzar los 22 desagües ubicados en su pavimento. Sin embargo, la mayoría de las aberturas circulares que lo sucedieron –desde viviendas palladianas y edificios barrocos hasta palacios en el medio oriente– incorporaron cristales para dejar pasar únicamente la luz y evitar infiltraciones no deseadas, solución que ha ido evolucionando hasta nuestros días.
Los óculos ubicados en cubiertas requieren de una serie de medidas especiales para evitar problemas durante el uso del edificio, como el sellado impermeable y hermético de su perímetro, la suave transición entre sus piezas para permitir un desagüe sin obstrucciones, y la elección de un vidrio con un adecuado comportamiento térmico, acústico y visual, incluyendo un alto nivel de protección frente a los rayos UV. Obviamente, la ubicación del tragaluz no debe interferir ni debilitar la estructura del techo, y su disposición con respecto a la trayectoria solar debe pensarse con cuidado. La resistencia del elemento frente a impactos, golpes e incendios son temas importantes a considerar.
En la actualidad, existen tragaluces circulares prefabricados de fácil instalación y manejo, que incluso se pueden abrir (manual o electrónicamente) y aportar a la ventilación del espacio. Aunque la pendiente natural del techo debería ayudar a la autolimpieza del elemento –particularmente cuando se utiliza un vidrio plano–, muchos tragaluces circulares son revestidos por cúpulas o domos acrílicos (o plexiglás), que permiten que la luz se extienda uniformemente a través del espacio y que el agua escurra al caer sobre ellos. Generalmente, estos elementos no se ubican al mismo nivel del cielo raso, por el contrario, aparecen con un cierto grosor que depende de la estructura y la materialidad de la cubierta, e incluso algunos modelos se elevan entre 30 y 70 cm por sobre el nivel del techo. Este grosor puede amplificar los efectos del tragaluz circular; si es de color blanco, el reflejo luminoso será aún más fuerte.
Revisemos algunos ejemplos recientes. En la renovación de un edificio de 1960 en Melbourne, el equipo conformado por Nervegna Reed Architecture y ph Architects ha utilizado las formas circulares para crear un ambiente especial para el culto de la comunidad islámica local: "el espacio se conecta con el cielo a través del tragaluz que perfora la forma de 'tienda' de la cubierta, una de las arquitecturas de culto más antiguas, formando un oasis de tranquilidad en las afueras de la ciudad". En la Tienda Selo de MNMA studio, el óculo entrega "vistas despejadas del cielo, no solo para iluminar, sino también para permitir un contacto lúdico con la naturaleza, el clima, y el paso del tiempo".
Diseñada por Fragmenture, la Casa L&W se configura en torno a un módulo central de líneas rectas y fugadas. Aquí, los tragaluces circulares recubiertos por domos transparentes entregan abundante luz cenital al comedor y la cocina, funcionando como un contrapeso a la ortogonalidad del mobiliario. En el caso del pabellón de Malan Vorster Architecture Interior Design, el "ojo de buey" es utilizado para destacar una distintiva escalera revestida completamente de madera.
En Estados Unidos, la Casa en Mill Valley de Turnbull Griffin Haesloop Architects es "salpicada" por tragaluces circulares, llenando los interiores de la luz tamizada por los árboles circundantes. En Líbano, la casa de huéspedes diseñada por Carl Gerges Architects incluye una bodega subterránea de color burdeo, "iluminada por un tragaluz circular que alberga un ambiente elemental y sinestésico. Un silencio primitivo con una iluminación solemne, se combina intuitivamente bien con el aire fresco y húmedo que huele a tostadas, avena y almizcle".
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Nota del editor: este artículo se publicó originalmente el 4 de enero de 202.